Se acabó. Se acabó hoy, se acabó ahora. Se acabó justo hace un momento, hace unos minutos, hace unos segundos... se acabó cuando era casi ahora. Se acabó, y quizá no está haciendo más que empezar de acabar, o quizá justo acabó de empezar a acabar. Qué difusas son las líneas entre el inicio y el fin, como estas trabalíneas. Cuándo empieza algo y cuándo coño acaba algo. Quizá el tiempo consiste en un constante fluir, quizás es un simple reloj de arena, quizás es sólo un cuentagotas de segundos.
Quizás es sólo aquel cuadro de los relojes blandos de Dalí.
Es curiosa la etimología de empezar y acabar. Podría haber usado otros verbos, como iniciar o finalizar, pero me tocaron estos dos.
Acabar proviene de cabo (entendido como punta, extremidad o cuerda), que a su vez deriva del caput original, cabeza en latín.
O según la RAE: acabar.
(De cabo).
Empezar no tiene raíz latina, sino del castellano moderno. Deriva de la palabra pieza, en el sentido de pedazo. En- significa dentro de o sobre, y -ar para darle el significado de verbo. Empiezar. Empezar, entendido como tomar un pedazo de algo, o empezar a usarlo.
Según la RAE: empezar.
(De en- y pieza).
Quizás el tiempo no es más que empezar (coger pedazos) a poner piezas de puzzle en tu cabeza, donde empieza y acaba todo. Y dónde empieza y acaba todo, me pregunté.
Recapitulemos.
Hace un momento empezó a acabar. Hoy empezó la idea de que se acabó.
Y esto se acabó mientras se acababa un cigarro.
A cavar.
Aujourd'hui c'est le dernier jour de l'outre reste de ma vie.
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